miércoles, 15 de mayo de 2013

Bueno ya, cuéntame de una vez! - Ep. 11


-Vaya, así que la primera vez que tuviste un sueño húmedo estabas todavía de corbata?
-Sí, fue una coincidencia, pero ahí me quedó claro que ese tipo de ropa me hacía sentir diferente.
-Y ahí te empezó el fetiche?
-Es lo más probable, antes de eso no recuerdo que los trajes me parecieran la gran cosa, mi papá los usaba para trabajar y para mi simplemente eran ‘la ropa de mi papá’.
-Y luego?
-Pues pasó como un mes, y a cada rato pensaba en ese traje que estaba en mi closet, en las ganas que tenía de usarlo, pero no me atrevía, pensaba que me iban a regañar por ponérmelo, y por lo mismo me detenía.
-Y hasta cuando lo volviste a usar?
-Un día mis padres salieron a cenar, y nos dejaron solos a mi hermano y a mí, en ese entonces mi hermano estaba traumado con su Super Nintendo así que sabía que ni por enterado se daría de que yo no estaba ahí.

Cerré la puerta de mi habitación y saqué todo del closet y me lo volví a poner. No sé si era por el hecho de estarlo haciendo a escondidas o por el traje, o a la mejor por las dos cosas, pero estaba muy excitado, sentía como un escalofrío me recorría todo el cuerpo, y en cuanto me puse la camisa, se me puso duro. Me puse el pantalón, el chaleco, el saco, la corbata no sabía cómo se anudaba así que fue un desastre.

-Y te masturbaste?
-No, tenía 10 años, no sabía nada de sexo todavía, solo sabía que lo que sentía era diferente a todo.
-Y entonces de ahí se te hizo costumbre?
-Sí, cada vez que me dejaban solo, aunque fuera por un momento, me metía al closet y me ponía por lo menos el chaleco y la camisa, la corbata no la aprendí a anudar sino hasta varios meses después, así que por lo general tomaba la que dejaba mi papá sobre la silla cuando regresaba del trabajo, yo sabía que no se iba a poner la misma corbata dos días seguidos, así que la escondía y la regresaba después de haberla usado.
-Y cuando fue que aprendiste a masturbarte?
-Yo creo al año siguiente, en la escuela ya ves que todos se la llevan hablando de eso y me decían ‘hazte así y así’, pero yo no lo entendía, hasta que una vez encontré a mi hermano viendo una porno en su cuarto y lo vi masturbándose.
-En serio?
-Sí, fue un sábado en la mañana, mis padres siempre salían, el cabrón pensó que no había nadie, pero yo me había quedado dormido, y cuando lo fui a buscar para ver que íbamos a desayunar lo encontré con la verga en la mano.
-Y que hizo?
-Lo único que podía hacer, me amenazó para que no le dijera nada a mis papás y ya.
-Y nunca lo echaste de cabeza?
-No, para empezar ni siquiera entendía muy bien qué era lo que estaba haciendo y aparte yo nunca fui chismoso.
-Y entonces?
-Pues me entró la curiosidad, a pocos días me atreví a intentarlo yo solo, me estaba bañando cuando se me paró, y pensé en hacer lo mismo que había visto hacer a mi hermano.
-Y que pasó?
-Pues ahí estaba duro y dale, al principio no sentía nada, pero de pronto empecé a sentir esas cosquillitas que sentía cuando me ponía traje, y seguí y seguí hasta que me salió el chorro de aquélla cosa blanca, no sabía ni qué era, pero me asusté, estuve a punto de decirle a mi papá, pero no me atreví. Lo que había sentido fue algo muy muy rico, y no me tomó mucho tiempo el combinar eso con los trajes, y pues desde entonces me hice adicto.
-Vaya, buena historia, y tu tío? Cómo fue que te sorprendió husmeando en su closet?
-Ah bueno, eso fue otra vez que…

No hay comentarios:

Publicar un comentario